La fascitis plantar es una afección que se produce cuando el tejido conectivo llamado fascia plantar que conecta el talón con los dedos del pie se inflama. Esta inflamación puede causar dolor y molestia en el talón y en la parte inferior del pie, y con el tiempo puede producir un espolón en el hueso calcáneo, en la zona del talón. Este espolón es una excrecencia o pico óseo que juntamente con la fascia plantar produce mayor dolor en la zona del talón.
Síntomas fascitis plantar y espolón calcáneo
Los síntomas comunes de la fascitis plantar y del espolón incluyen:
- Dolor agudo o punzante en el talón, especialmente al levantarse por la mañana o después de un período prolongado de inactividad.
- Dolor que puede extenderse a lo largo de la planta del pie.
- Dificultad para caminar o estar de pie durante períodos prolongados.
- Dolor al subir escaleras o caminar en terrenos inclinados.
- Dolor que empeora después de actividad física extenuante o al usar calzado inadecuado.
- Hinchazón o enrojecimiento en el área afectada.
- Puede ser difícil caminar descalzo
- Puede haber dificultad para estirar o flexionar el pie afectado.
- Puede haber dolor al presionar el área afectada.
Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar de persona a persona y pueden empeorar con el tiempo si no se tratan adecuadamente. Es importante acudir al especialista si se sospecha de esta afección.
Causas fascitis plantar y espolón
La fascitis plantar y el espolón se produce cuando el tejido conectivo llamado fascia plantar, que conecta el talón con los dedos del pie, se inflama. Esta inflamación puede ser causada por varios factores, incluyendo:
- Sobrecarga de peso: El exceso de peso puede aumentar la tensión en la fascia plantar y contribuir a su inflamación.
- Calzado inadecuado: El uso de calzado inadecuado, especialmente calzado con suelas blandas o talones altos, puede contribuir a la inflamación de la fascia plantar.
- Actividad física extenuante: La realización de actividad física extenuante, especialmente la carrera o el caminar en terrenos inclinados, puede aumentar la tensión en la fascia plantar y contribuir a su inflamación.
- Problemas de postura: Problemas de postura, como una mala posición al caminar o estar de pie, pueden contribuir a la inflamación de la fascia plantar.
- Condiciones médicas: Condiciones médicas como la diabetes, la obesidad, el síndrome de piernas inquietas, la tiroides hiperactiva, entre otras, pueden contribuir al desarrollo de fascitis plantar.
- Edad: Con el paso del tiempo la fascia plantar se va debilitando y es más propensa a sufrir daños y lesiones.
Tratamiento mediante CMI
La cirugía mínimamente invasiva puede ser una opción de tratamiento para la fascitis plantar y del espolón. El objetivo de la cirugía es reducir el estiramiento en la fascia plantar y así reducir la inflamación y el dolor, además de eliminar este pico óseo del calcáneo que se llama espolón. La cirugía se realiza mediante incisiones pequeñas y se utilizan instrumentos especiales para reparar o reajustar la fascia plantar, y eliminar el espolón con el mínimo trauma y sin puntos de sutura. Algunos de los procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos que se utilizan para tratar la fascitis plantar incluyen:
- Microfractura: se realizan pequeñas incisiones para acceder a la fascia plantar y se realizan microfracturas para promover la regeneración del tejido.
- Tenotomía: se realiza una incisión pequeña para acceder a la fascia plantar y se realiza una sección en la parte afectada para reducir el estiramiento.
- Inyecciones: se pueden inyectar esteroides o plasma rico en plaquetas para reducir la inflamación y el dolor.
- El tratamiento debe ser guiado por un especialista ya que cada caso es diferente y se deben tomar en cuenta varios factores para determinar la mejor opción de tratamiento.